Se venía un mes complicado. La vida de residente comenzaba a hacerse llevadera cuando me asignaron la fecha para realizar las prácticas hospitalarias de un curso que estaba llegando a su fin cuando comencé la residencia, con lo cual no quise abandonarlo. Esto implicaba 2 arduas semanas full time metida en mi querido hospital, de 8 a 21hs, sumado a mi trabajo como franquera en el sanatorio. Sabia desición? Si mis cálculos no fallan van a ser 14 días corridos de 14 horas de guardia, uff‼
Muy oportunamente durante la primer semana de rally, solía encontrarme con un charquito de algún fluido desconocido debajo de los pedales de mi auto. Cuando su aparición se tornó mas frecuente decidí consultar.
Mi mecánico de confianza (y cuando digo de confianza creanme que así es) me advirtió que ese era un problema que había que solucionar a la brevedad, que se trataba del radiador de la calefacción y que la perdida era de líquido refrigerante, con lo cual si no se reparaba de manera inmediata, el auto podía elevar su temperatura mas de lo recomendado y causar un daño aun mayor.
Con confianza ciega le dejé mi auto una noche de regreso de otro maratónico día hospitalario. Resongué un poco para mis adentros. Después de todo viajar un día en bondi ( después de haberlo hecho toda la vida) no era tan grave...
Al día siguiente dormí una hora y media menos que de costumbre por razones obvias.
Otro agotador día llegaba a su fin y me dirigía felizmente a reencontrarme con mi vehículo.
Llegué a la casa de Jorge (el mecánico) , que resulta ser el hermano de mi amiga Maru. Ahí estaba, sanito‼ Me dispuse a intercambiar un par de palabras con Maru y me despedí agradecida, necesitaba llegar a casa con caracter de urgencia‼
Son 4 las cuadras que nos separan, 4 cuadras derechito, 4 cuadras bastaron para pensar en lo contenta que estaba por haberme reencontrado con mi auto y saber que dormiría un rato mas al día siguiente, que tanto el viaje de ida como el de vuelta resultarían mas breves y amenos que los de hoy, que felicidad‼ Felicidad que duró solo 4 cuadras...
Estaba entrando al garage marcha atrás (como todos los días) cuando senti el CRACK‼ Se me desorbitaron los ojos al ver mi delicado espejo colgando tan solo de 2 cables metálicos. Esa columna siempre estuvo ahí?- Pensé. Era evidente que sí... Una vez mas no podía creer lo que me estaba ocurriendo (sentimiento muy frecuente ultimamente en mi vida). Atribuí lo ocurrido al cansancio y como buena enfermera saqué la tela adhesiva hipoalargénica de la mochila y reparé mi espejo. Lo único que escuchaba eran las reiterativas e insoportables palabras del peón del garage una y otra vez: lo hiciste mierda flaca... Me contuve las groseras contestaciones que se me venian en cascada a la cabeza y me fui.
Llegué a mi casa y estaban todos durmiendo, de manera que me fui a acostar sin hacer catarsis. Si digo que dormí 2 horas exajero, ni se imaginan lo que fue al día siguiente entre la calentura que tenía y las gastadas de los sabelotodos conductores expertos y opinólogos pasé un día terrible...
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